[08/11/05] Un grupo de investigadores de la Universidad Nacional de Mar del Plata estudió el fenómeno “Güemes”. Su director recomendó gerenciar estratégicamente este paseo para que su evolución sea favorable. Alertó acerca de la sobrecarga de oferta en el área.
Por Ana Marino
El arquitecto Héctor De Schant dirige el equipo de investigación y extensión “recursos urbanos” ERU, de la FAUyD de la UNMdP. Al frente del equipo, ha estudiado las áreas centrales y distintas zonas comerciales de la ciudad. De Schant además dirige la cátedra de “Diseño Urbano” y dicta la asignatura del ciclo de orientación “Gestión y gerenciamiento de espacio público comercial”, también ha asistido técnicamente a distintas instituciones privadas y a organismos públicos en materia de recursos urbanos, su optimización y gestión estratégica.
- ¿Cuál es el impacto económico y de planeamiento urbano que tiene el crecimiento de la calle Güemes y sus transversales?
La calle Güemes es un centro vecinal evolucionado, pasó por sucesivas etapas, se conformó posteriormente como centro barrial, incrementando la oferta de servicios generales. En los últimos años se ha transformado en un centro que atrae a usuarios y consumidores de toda la ciudad. Por tal motivo técnicamente podría definírselo como un subcentro o un centro a escala urbana.
A pesar de ello, aún cuenta con un número importante de comercio diario por lo que conserva ciertas imágenes carismáticas de centro vecinal. Parte de este tipo de comercio de aprovisionamiento se está reorientando hacia Alberti. La calle Güemes es un centro comercial cuya principal característica es la de servir de lugar de compras e intercambio social para los sectores medios y altos de los marplatenses y turistas.
Desde hace más de un lustro se observa una segmentación de su público, un fenómeno que puede ser considerado como de “relativa elitización”, ha pasado a ser en estos últimos años uno de los espacios públicos más selectos y selectivos de la ciudad. Esto implica que absorbe las cuotas de consumo de esos segmentos sociales, restándoselos a otras zonas comerciales y equipamientos (shoppings) de la ciudad.
- Aspectos negativos
Entre los aspectos negativos puede citarse su crecimiento desmedido. Ello puede afectar al microcentro y a la peatonal. Éste es el corazón de la ciudad y su lugar más representativo. Desde hace años su estado se viene agravando, en parte por el envejecimiento de su parque edilicio y el empobrecimiento de la antigua clase media que conformaba el grueso de su población. A estos sectores les resulta gravoso conservarlos y el lugar está en progresiva declinación.
Si los sectores más solventes se retiran de la zona se precipitaría la crisis. Ya se observa su ausencia como así también un cambio en el tipo de comercio en respuesta al de usuarios y consumidores. Si este ejemplo sirve para señalar una de las consecuencias externas cabe remarcar que una de las más graves del crecimiento de Güemes es que puede afectar a la misma Güemes.
Lo catastrófico sería que perdiera carácter selectivo y dejara de representar a su grupo de usuarios provocándose un caso similar al ocurrido en Alem. Además de esto, dos son los problemas que puede enfrentar Güemes, uno es el de sobre carga y el otro de sobre oferta. El primero está relacionado con la afectación de la calidad ambiental, de los desplazamientos internos y de la accesibilidad. Respecto del segundo puede ocurrir que la oferta de superficie supere la demanda real y enfrente problemas de sustentabilidad a corto plazo.
Ello puede provocar un cambio de estrategia comercial para atraer a otros segmentos, generándose una tendencia a la oferta menos selectiva, lo que traería aparejada la declinación del prestigio de la calle. Esta es la forma más común de iniciar un proceso de desjerarquización social y declinación comercial.
- ¿Qué gana y qué pierde la ciudad cuando se demuele una casa para construir una serie de locales?
Todo depende del tipo de casa y de la nueva construcción. En el caso de Güemes la desaparición de la arquitectura original acarrea un número importante de consecuencias negativas. Güemes conservaba un aire barrial, estaba dado por su tipo de comercios y como se habían adecuado a la arquitectura preexistente con pocas modificaciones. Con el cambio de la arquitectura doméstica por la comercial esto se ha perdido.
Por otra parte la arquitectura doméstica es una de las que con más claridad expresa la condición socio-económica de sus propietarios Y se sabe que la gente establece relaciones ecológicas con otras gentes en lugares o escenarios propios a su condición social.
Una pérdida tanto o más importante que de la misma arquitectura, es la del tejido urbano. Es decir la morfología o forma de ocupación del lote por las viviendas. Las nuevas construcciones por optimizar la renta se construyen avanzando con la edificación hasta la línea municipal, con lo que se pierden los retiros típicos de la arquitectura doméstica, que generalmente al trasformarse en comercios son incorporados a las veredas, perdiéndose la diversidad de la forma de las veredas y sus atributos de peatonabilidad, (cualidades del espacio peatonal que favorece el deambular, la comodidad para mirar las vidrieras, etc.).
Las veredas ensanchadas por los retiros permiten su utilización como expansión de las actividades de los propios locales o de instalación de mobiliario urbano para el descanso, el embellecimiento, etcétera. Es lamentable la pérdida de estos espacios intermedios. Cabe señalar que un factor relevante del paisaje lo constituye la publicidad gráfica fija, ésta oculta la arquitectura y llega a ser usada para sustituir las fachadas.
- ¿Cómo cree que será esa zona dentro de 10 años?
Lo edificado y lo que se está construyendo perdurará por años, así que el futuro lo estamos viendo hoy. Es muy probable que el área se densifique física y poblacionalmente.
El entorno social seguirá siendo clase media, lo cual le garantiza un mercado potencial importante. La duda es si se conservará como un centro de características exclusivas o si se transformará en uno más de los centros barriales de la ciudad. De ser así los comercios importantes, franquicias y cadenas por ejemplo, por ser los más “volátiles” es muy probable que se alejen en busca de otras zonas en alza y que le reporten beneficios de oportunidad.
Las amenazas están latentes por cuanto podría ser que se habiliten grandes superficies próximas a la zona y que se oriente a competir por el mismo mercado, o porque se litoralice el consumo por haber sido orientado hacia el borde costero con la finalidad de sostener los emprendimientos en marcha o en proyecto. Esto último generaría una disminución más o menos sensible del consumo intraurbano.
En síntesis, para garantizar el futuro de Güemes y las demás zonas comerciales es necesario ordenar la distribución del consumo geográfico interno, planificar el sistema de zonas comerciales y gerenciarlas estratégicamente. De lo contrario cualquier cosa puede ocurrir.
Fuente: Puntonoiticias |